Elige Tu Difícil
Elia Hernández Reyes
Líder en Eventos Deportivos
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La vida está llena de decisiones, algunas más complicadas que otras, pero todas nos conducen a resultados que dependen de nuestra elección. Es curioso cómo, a menudo, nos enfrentamos a diferentes tipos de dificultades en el camino, y aunque parezca contradictorio, siempre tendremos la oportunidad de elegir nuestro “difícil”.
Las ganas y las excusas ocupan el mismo espacio en nuestra mente. Cada vez que elegimos una excusa, estamos dejando de lado la posibilidad de construir algo mejor. Todo depende de nuestras prioridades: si algo es importante para ti, encontrarás la manera; si no lo es, encontrarás una excusa:
El compromiso de levantarte temprano, invertir tiempo en el gimnasio o salir a correr puede ser un reto. Sin embargo, las consecuencias de no priorizar nuestra salud son aún más complejas: enfermedades, baja autoestima y limitaciones físicas. Elegir cuidar tu cuerpo es difícil, pero no hacerlo también lo es. ¿Cuál de estos “difíciles” prefieres enfrentar?
Iniciar un proyecto propio requiere esfuerzo, sacrificio y valentía. Sin embargo, permanecer en la zona de confort, dependiendo de créditos y preocupándote constantemente por tus finanzas también genera estrés y frustración. Es una cuestión de decidir qué tipo de dificultad estás dispuesto a enfrentar para alcanzar tus sueños.
Salir de nuestra zona de confort, aceptar el cambio y trabajar en nuestro desarrollo personal puede asustar. Pero vivir una vida sin propósito, sin progreso o sin emociones también es un peso que cargamos. Crecer implica trabajo, pero el resultado vale la pena.
Cuando una relación no funciona, enfrentarte al cambio y a la soledad puede ser doloroso. Sin embargo, conformarte con una situación que no te hace feliz puede ser igual de dañino. Ambas opciones son difíciles, pero solo una de ellas tiene el potencial de devolverte la paz y la felicidad.
El problema no es la falta de tiempo, energía o recursos. Es una cuestión de prioridades. Cada vez que dices “no tengo tiempo para esto”, en realidad estás diciendo “no es lo suficientemente importante para mí”. Las excusas y las ganas tienen el mismo peso, pero solo una de ellas construye el futuro que deseas.
Cuando decides elegir tu difícil, estás priorizando lo que realmente importa para ti. No se trata de evitar los retos, sino de enfrentarlos con intención.
Mira a tu alrededor. Mira tu vida, tus sueños, tus seres queridos. Todo lo que hoy tienes, lo conseguiste porque en algún momento elegiste un “difícil” que valió la pena.
Cada decisión que tomas es una oportunidad de construir una versión de ti mismo que mirarás con orgullo. Elegir tu difícil no es resignarse a sufrir, es abrazar el crecimiento, el amor propio y las posibilidades que vienen después.
La vida no es sencilla, pero cada pequeño paso que das con el corazón te acerca a algo más grande: a una vida vivida con propósito. Así que la próxima vez que enfrentes un reto, pregúntate: ¿Qué difícil estoy dispuesto a elegir para acercarme al futuro que sueño?
Porque al final, tu vida es el reflejo de las decisiones que tomaste, y las decisiones que tomas hoy son las que definirán quién serás mañana.
Elige tu difícil.